¿Podemos pasarnos de electricidad?

La respuesta es evidente y es negativa. De hecho, el uso diario que hacemos de los aparatos electrónicos nos impide abandonar el consumo de energía eléctrica. De cierta manera, somos «adictos» a la electricidad, y es una consecuencia de nuestra dependencia a productos que forman parte de nuestro día a día en la sociedad actual.

A modo de ejemplo

España se situaba entre los diez países que usaban más el móvil cada día en 2017 según un informe de la base de datos Statista.

Los españoles se pasaban un promedio de 2:11 horas cada día con el smartphone con la necesidad de cargarlo a diario. Sin embargo, el uso de nuestros electrodomésticos representa la mayor parte de nuestro consumo de electricidad. Gastamos una cantidad considerable de energía con la nevera, el horno, el microondas, el lavaplatos, la lavadora o la televisión permanentemente enchufados.

¿Qué puedes hacer para cambiar las cosas?

Desgraciadamente, el mercado está a manos de unas cuantas comercializadoras que ejercen un fuerte poder que no para de crecer y que deja cada vez menos sitio a actores más pequeños que proponen alternativas interesantes.

companias de luzComo lo hemos dicho anteriormente, somos dependientes de la energía por lo que también somos dependientes de estas empresas para alimentar nuestras viviendas en electricidad. El oligopolio de las grandes empresas de la energía en España convierte el ahorro de dinero en algo casi imposible dado que ajustan los precios que proponen las unas con las otras.

A pesar de este fenómeno, disponemos de varias opciones para pagar un precio justo de electricidad:

  1. Puedes bajar la potencia que tienes contratada con las grandes comercializadoras para bajar la parte fija de la tarifa que pagas y reducir tu consumo diario de energía. Resulta que somos muchos en pagar demasiado sin saberlo. Si no se te «saltan los plomos» nunca eso puede significar que tienes un potencia contratada demasiado elevada para tu consumo, y que por lo tanto estás pagando demasiado dinero.
  2. Es posible elegir una tarifa de discriminación horaria para ahorrar  en tus facturas. Este tipo de tarifa reduce el precio de la potencia contratada durante las horas nocturnas del día y te puede ayudar a cambiar tus hábitos de consumo. Eso sí, para ser verdaderamente efectiva, esta tarifa requiere un poco de organización como programar lavadoras a partir de las diez de la noche o utilizar el lavaplatos por la noche.
  3. La tercera opción es optar por otro tipo de comercializadoras. Existen decenas de empresas que pueden sustituir el recurso a las grandes corporaciones del mercado de la energía. Incluso, algunas tienen un enfoque medio ambiental y permiten luchar contra las emisiones de CO2.

Efectivamente, las grandes comercializadoras españolas suelen ser poco escrupulosas a la hora de producir energía explotando los recursos del planeta.

El retraso de las grandes empresas españolas

Aún carecen demasiado de una visión ecológica y respetuosa del medio ambiente ya que se centran demasiado en la maximización del beneficio.

El cambio está en tus manos.

En definitiva, resulta difícil pasarte del consumo de energía, pero eso no significa que no tengas opciones para enfrentarte al orden establecido por las empresas que dominan el mercado.

Si estás deseando tener un impacto positivo frente al cambio climático, puedes pasarte a un modo de consumo más responsable descubriendo las oportunidades que ofrece el mercado de las energías.

Al fin y al cabo, el cambio puede venir de ti y de muchos otros que podrían pasarse a tarifas de energías que no explotan los recursos del planeta. Si conseguimos transformar nuestra manera de consumir electricidad, las grandes comercializadoras se verían obligadas a cambiar de política.

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